El
pie caído es la alteración de la marcha más frecuente en los pacientes con
derrames cerebrales, esclerosis múltiple, lesiones medulares, parálisis
cerebral espástica, entre otras causa. Este trastorno se caracteriza por la
incapacidad de apuntar los dedos del pie hacia el cuerpo (dorsiflexión) o rotar
el pie hacia adentro o hacia afuera (inversión y eversión) lo que acarrea un
pobre desenvolvimiento durante la marcha.
El
diseño del estimulador se compone de 4 unidades fundamentales que interactúan
entre sí como se muestra en la siguiente imágen. El funcionamiento del sistema
es el siguiente; Mediante un sensor de presión ubicado en el talón del pie con
el trastorno, se detectará el estado del ciclo de la marcha en el que está el
talón. Esta información será procesada por un microcontrolador que mediante un
algoritmo de decisión determinará si hay que estimular o no. Esto lo hará
mediante pulsos que activaran la unidad estimuladora, la cual los procesará en
una etapa de potencia entregando la intensidad necesaria para estimular al
paciente mediante los electrodos. Además de los pulsos, el microcontrolador
entregará los parámetros de estimulación como el ancho de pulso, frecuencia,
rampa de subida, rampa de bajada, intensidad, extensión y un tiempo de
seguridad (parámetro explicado en las siguientes secciones), y controlará la
interfaz que posibilitará al usuario modificarlos. La interfaz cuenta con una
pantalla LCD y en general cuatro botones que le permitirán al usuario navegar
por la pantalla.